tantos como éramos

el cóctel de Martini

la carne con frutas

los púrpura las cintas de colores

bajo las lágrimas de la lámpara

ahora la inmensa mesa desierta

todavía puedo oírlos

tatuados en mi respiración

sonreír invisibles en la sangre

¿cómo podría abrazarlos?

este pañuelo del dolor

en medio de la nada

este faro negro de la lengua

esta rabia de alfileres en los ojos

esta máscara que sobrevive

como un bosque vacío

un horizonte diezmado