Páginas que reviven a nuestro paso :: El Periódico

Rutas literarias

Páginas que reviven a nuestro paso

Recorrer los pasos de los autores y sus referencias es un placer para los lectores: la Gràcia de Rodoreda, el punto donde fue vencido el Quijote o el Empordà de Pla.

Por Núria Bonet

Las novelas que leemos no surgen solamente de la imaginación de sus autores, también tienen referencias directas a lugares, a edificios, a locales, hoteles y cafés que existieron realmente y que todavía conservan su esencia. Recorrerlos nos acerca a las páginas más queridas de nuestros escritores favoritos y nos lleva a recorrer buena parte de la geografía catalana. Pese a todo, Barcelona es la ciudad que concentra más rutas literarias.

Los fans de Mercè Rodoreda están de suerte, porque pueden seguir su rastro por la capital catalana, desde el lugar donde nació, hasta el edificio donde vivió, en la calle Balmes, 343, y desde donde se inspiró para escribir una de sus novelas más aclamadas, Mirall Trencat, con el Parc de Monterols enfrente, “el jardín de todos los jardines”, y muy cerca de la Casa Sagnier, que reproduce la que podría ser la vivienda señorial de los Valldaura. En Gràcia, obviamente, está la plaça del Diamant, donde la autora ubicó a su Colometa, y en Horta, el carrer de les Camèlies, otra referencia directa a una de sus novelas.

Un poco más abajo de dónde vivió Rodoreda, se afincaba José Agustín Goytisolo. En la calle Balmes, 349 escribió sus Palabras para Julia, pues aquí nació su hija bautizada con este nombre. «Nuestra casa era pequeña./Nuestra casa./Y oscura. Pero tu luz/alumbraba./Muchos libros; pocos platos;/ropa blanca./Y un día estabas cantando/una nana./Y te vi como hechizada./Volvías/más luminosa y más grande/nuestra casa.» Leer este pasaje en su portal cobra otro sentido.

Podemos reseguir los pasos de otro poeta, Joan Maragall, con los muebles, fotografías y objetos artísticos de la familia que todavía se conservan en su Casa-Museo y Archivo, visitable, en la calle Alfons XII.

Pero si hablamos de referencias literarias en Barcelona, hay que detenerse en la ruta que sigue los pasos a Cervantes. Se dice que el autor vivió en el número 2 del Pg. Colom, justo enfrente de la muralla de Mar, el punto donde situó la gran derrota del Quijote. «Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única», así la describió en su novela, cumbre de la literatura.

Para los amantes de la literatura contemporànea, existen rutas que persiguen los pasos de los Sampere y Julián Carax, ideados por Carlos Ruiz Zafón en La sombra del viento, pasando por la rambla de Santa Mònica, pl. Reial, c. del Call, Baixada de la llibreria y Santa Maria del Mar. Aquí nace otro paseo para los fans de Ildefonso Falcones y La catedral del mar. Volver sobre los pasos de Onofre Bouvila, Javier Miranda o el Pajarito Soto de Eduardo Mendoza por Ciutat Vella o L’Eixample es otra opción.

En el Empordà, es fácil recorrer las huellas de Josep Pla gracias a la ruta organizada por su Fundación, que pasa por Palafrugell, Tamariu, Sant Sebastià, Llafranc y Calella. Más al norte, podemos recordar al filósofo Walter Benjamin, en un recorrido transfronterizo entre Portbou y Banyuls (ya en Francia) que muestra su último trayecto antes de morir en un hostal de Portbou en 1940.

Mercè Rodoreda.
Calle Balmes, 343.
José Agustín Goytisolo.
Calle Balmes, 349.
Miguel de Cervantes.
Número 2 del Pg. Colom.
Josep Pla.
Santa Maria del Mar.