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La crisis energética disparará el consumo del hidrógeno verde

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A mitades de siglo, esta energía sostenible alimentará el 95% de los camiones pesados y el 22% de los vehículos comerciales ligeros

A mitades de siglo, esta energía sostenible alimentará el 95% de los camiones pesados y el 22% de los vehículos comerciales ligeros

Per: L. Martín

La guerra en Ucrania está acentuando problemáticas como la inflación, la crisis energética o la escasez de suministros. Pero, a su vez, se espera que pueda tener un efecto colateral positivo, que consiste en una aceleración del consumo y producción de hidrógeno verde. De hecho, Europa ha puesto en marcha un plan denominado Hydrogen Accelerator, en el marco del programa REPowerEU, para sustituir lo antes posible el gas natural importado de Rusia por hidrógeno sostenible. El continente europeo ha aumentado a raíz del conflicto en Ucrania su objetivo de demanda de 10 toneladas métricas por año a 20 hasta 2030. “Existe dependencia de los combustibles fósiles que se extraen del exterior del territorio europeo, y la electrólisis para generar energía renovable es una oportunidad para disminuir esta estrategia”, según Marc Torrell, investigador senior en el grupo de pilas de combustible del Instituto de Investigación en Energía de Catalunya (Irec).

El hidrógeno verde supone una energía clave para la transición hacia la sostenibilidad por su eliminación total de las emisiones contaminantes y un gran número de empresas e instituciones están invirtiendo en ella. De hecho, se espera que pase a ser competitiva al compararla con el hidrógeno gris en dos años, según un estudio de Rethink Research.

Es un tipo de hidrógeno que se obtiene con agua y energías renovables -en vez de hidrocarburos- mediante un procedimiento denominado electrólisis, que permite separar el hidrógeno del oxígeno, según explica Carlos Solé, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG en España.

“La industria es el sector donde es más fácilmente adaptable”, señala Torrell. Lo siguiente que va a llegar van a ser muchos proyectos de transporte, aunque sobre todo en el pesado -camiones, trenes, autobuses- que se sustituirán por vehículos que utilizan pilas de combustible. “El uso de baterías que se pueden encontrar en vehículos pequeños no dan la autonomía ni los tiempos de carga que quiere el transporte pesado”, destaca también Torrell. Concretamente, se calcula que, a mitades de siglo, el hidrógeno alimentará el 95% de los camiones pesados, el 22% de los vehículos comerciales ligeros, y el 2,4% de los automóviles en circulación. Con todo, la demanda total de hidrógeno verde pasará a ser entonces de 47 millones de toneladas por año en las carreteras del mundo. Al último lugar al que van a llegar va a ser al hogar particular. Con una función mayoritariamente calefactora, no se espera que la demanda crezca hasta después de 2030 debido a los costes y a la necesidad de adaptar la red de distribución a los hogares.

España, líder en producción del hidrógeno.

España, líder en producción del hidrógeno

“España tiene ventajas competitivas si se compara el nivel de recursos naturales, por ejemplo, con los países del norte de Europa. Tiene más capacidad de energía solar y eólica”, añade Solé. Y ese mayor potencial permite tener una producción a menor coste.

Además, está próximo a los centros de consumo del centro de Europa y norte de Europa. “Si el transporte de este hidrógeno se produjera por tuberías estaría en una posición estratégica”, indica David González, socio sénior de McKinsey & Company.

Sin embargo, antes de situarse España como hub internacional del hidrógeno renovable deberá superar varios retos importantes. Entre los principales está hacer más barata su producción y tener una regulación europea, así como definir si se puede utilizar para el transporte la misma red del gas natural, según Solé. También se debe evaluar cómo se van a operar y producir los electrificadores de alta escala y aumentar la investigación y desarrollo para crear tecnologías alternativas.

El empuje de los fondos europeos

Para todos estos aspectos van a ser claves en el país los fondos Next Generation EU recibidos para el hidrógeno verde, que se cuantifican en 1.555 millones de euros hasta 2023 enmarcados en el PERTE de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento -aprobado el pasado 15 de diciembre por el Gobierno-. Los objetivos están descritos en la Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde, que define el objetivo de alcanzar 4 gigavatios de capacidad de producción en 2030, un 10% del total de la Unión Europea. El foco de esta inversión europea se dirigirá a mejorar la cadena de valor industrial, crear proyectos singulares y pioneros, la integración sectorial a gran escala y la integración en el mercado europeo. “Es importante la medida en que estos fondos van a incentivar la demanda, porque cuanto más crece más interés hay por parte de la inversión”, señala González. Recibirán los fondos los centros de investigación, empresas energéticas y compañías involucradas en la generación de las tecnologías que se requieren, entre otros.

Actualmente se están llevando a cabo múltiples proyectos de hidrógeno en España. Un ejemplo de ello es Power to Green Hydrogen Mallorca liderado por Enagás y Acciona, un proyecto de producción a escala industrial de hidrógeno renovable, con hasta 7,5 megavatios (MW) de electrólisis. Su producción está destinada a combustible de autobuses y vehículos de alquiler, la generación de calor y energía para edificios comerciales y públicos, y la inyección en la red de gas de la isla.