Encuentro

Divulgar, una prioridad en el desarrollo de la acuicultura

Conocer el impacto socioeconómico y medioambiental que genera esta actividad y las oportunidades nutricionales que ofrece son dos de los principales asuntos abordados en un encuentro celebrado en Madrid

Cristina Andrade del Alcázar

La acuicultura es la actividad que se encarga del cultivo de pescados y algas tanto en agua dulce como en agua salada. A día de hoy, representa, según las cifras oficiales del ministerio competente, en torno al 0,02% del Valor Añadido Bruto (VAB) nacional y el 0,55% del VAB Agrario, que engloba agricultura, ganadería, pesca y acuicultura.

España es el estado miembro de la Unión Europea con mayor cosecha de acuicultura, el 23% del total. La economía azul genera en Europa 95,4 millones de puestos de trabajo y un valor añadido bruto de 500.000 millones de euros al año. 

Bajo el título Acuicultura, un motor para la conservación y desarrollo socioeconómico en España, El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica, con el patrocinio de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar), organizó un encuentro de expertos en Madrid para analizar, entre otras cuestiones, el impacto económico, social y medioambiental que tiene el sector y abordar sus desafíos futuros.

Javier Ojeda, gerente de Apromar, aseguró que "el 60% de todos los productos acuáticos que se ponen a disposición de la sociedad en el mundo provienen de granjas" y señaló que en España esta cifra se sitúa en torno al 25%. Reconoció que existe poco conocimiento sobre las actividades que lleva a cabo el sector: "Hay conceptos como el de piscifactoría que, aunque obsoleto, la sociedad sí maneja, pero le cuesta reconocernos (como sector) porque no somos muy visibles. Nuestras instalaciones están en medio del mar o en un valle en las montañas y no están cerca de las poblaciones grandes", argumentó. Ojeda expuso que "España es uno de los lugares donde más se come pescado en Europa e incluso en el mundo", y mencionó que este consumo es uno de los motivos por los que la acuicultura tiene tanto potencial. "El consumo histórico, cultural y gastronómico de pescado ha facilitado que nuestros pioneros empezaran en el sector acuícola porque sabían que había mercado", añadió. No obstante, no fue hasta hace cuarenta años cuando esta actividad "ha empezado a innovar hasta llegar a lo que conocemos hoy en día", explicó Ojeda.

Lorenzo Maynard, director financiero de una compañía especializada en acuicultura continental en España, reconoció que el cultivo de especies acuáticas "se conoce más a nivel local", y sobre todo, en aquellos lugares donde se encuentran ubicadas algunas de estas instalaciones. "Lo que no sabe la gente es lo que hay detrás, cómo se trabaja en el sector de la acuicultura en España. Muchas personas sienten un cierto rechazo hacia esta actividad por desconocimiento", apostilló.

Aurelio Ortega, miembro del Comité de Expertos Científicos de Acuicultura de España (CEAE) y jefe del Área de Acuicultura en el Instituto Español de Oceanografía (IEO), coincidía en este sentido con Maynard pero señalaba que, ahora mismo, "con la trazabilidad que tienen los productos es fácil que el consumidor sepa si lo que está comiendo es de acuicultura o de pesca extractiva". El experto aseguró que todavía hay muchos mitos alrededor de las actividades acuícolas, pero se mostró convencido de que "la coyuntura está cambiando y evolucionando, y se están mejorando este tipo de cuestiones".

Eduardo Soler, responsable de Sostenibilidad en una empresa de acuicultura marina en España, explicó la diferencia entre los dos tipos de acuicultura que existen. Mientras la continental trabaja "con agua dulce", expuso, la marina se desarrolla en "el agua del mar". El especialista detalló asimismo que los procesos "duran mucho y llevan mucho esfuerzo detrás". También señaló que están "sujetos a inclemencias climáticas, a variaciones de mercado y de suministros que nos obligan a estar constantemente controlando todo el sistema para que el cultivo de aquí a dos años vista tenga las condiciones que debe tener".

Carola González Kessler, subdirectora general de Acuicultura, Comercialización Pesquera y Acciones Estructurales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, afirmó que "la acuicultura contribuye muy positivamente al desarrollo social de las zonas rurales costeras y del interior, con la puesta en marcha de nuevas iniciativas, proyectos de diversificación empresarial, servicios ambientales de protección del entorno o generando oportunidades de empleo para jóvenes y mujeres".

Sostenibilidad ambiental

Javier Ojeda explicó que una de las ventajas que tienen las actividades acuícolas es que "producen más con menos". "Con muy pocos recursos naturales producimos bastante comida, de mucha calidad y muy nutritiva, que es lo más importante", añadió. El gerente de Apromar analizó algunas de las ventajas que ofrece la actividad acuícola. Entre ellas, refirió que estos cultivos ocupan un espacio físico muy limitado y que la huella de carbono que producen "es muy pequeña".

Lorenzo Maynard remarcó que la cantidad de energía utilizada por las instalaciones de acuicultura "es muy pequeña y no requiere de grandes consumos debido al diseño eficiente y las características de las mismas". Además aseguró que "las instalaciones acuícolas son muy respetuosas con el medio ambiente y el sector está continuamente invirtiendo en I+D para mejorar su impacto". 

Eduardo Soler mencionó las consecuencias del cambio climático como otro de los asuntos que preocupan al sector. El experto recordó que la actividad acuícola "es la alternativa segura para abordar el reto global de la sostenibilidad".

Carola González afirmó que, según los estudios disponibles, la huella de carbono de la acuicultura es baja y que esta actividad "tiene el potencial de contribuir a alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo (Green Deal) en cuanto a la reducción de las emisiones de carbono y la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles".

Desafíos

Javier Ojeda indicó que uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector actualmente es la burocracia administrativa. Los trámites "llegan a un nivel de exceso que no aporta y hace casi imposible la vida de las empresas", señaló el gerente. Ojeda sostuvo además que la acuicultura es "un sector sano y competente que necesita crecer", pero reconoce que "conseguir una autorización para construir una nueva instalación en España es prácticamente imposible a día de hoy". "No debería llevar cuatro o cinco años de trabajo", advirtió.

Lorenzo Maynard apuntó que algunos de los objetivos de la acuicultura para los próximos tiempos son el crecimiento y la innovación para la adaptación "a una legislación cada vez más exigente". Maynard expuso que las empresas que se dedican a esta actividad parten de "instalaciones con cincuenta o sesenta años de antigüedad que requieren un esfuerzo inversor muy importante". 

Por tanto, señaló que los desafíos actuales son "combinar la sostenibilidad económica de la empresa con la exigencia regulatoria y la capacidad de financiación, que tiene que ser cada vez más grande para adaptar las producciones a unas instalaciones modernas que permitan hacer una acuicultura rentable". "Es un reto de inversión en tecnología y en digitalización", subrayó. 

El directivo indicó que su empresa tiene claro que la clave para triunfar en el mundo acuícola es "poner en el mercado un producto de altísima calidad que sea comparable o incluso mejor que cualquier producto que puedas ver en la pescadería". "Eso sólo se consigue invirtiendo mucho dinero e investigando en todo tipo de áreas", apostilló.

Eduardo Soler se sumó a la idea de hacer que el sector sea "más operativo" no sólo en el ámbito administrativo sino también en la gestión de los suministros para que sean "cada vez más óptimos, más sostenibles y más adecuados a la fisiología de los peces". "Nos hace falta dar un paso más y tener materias primas alternativas que compensen la extracción de las materias primas actuales", remarcó. 

Soler añadió que la acuicultura tiene también un "reto de innovación tecnológica": "La acuicultura genera una enorme cantidad de datos, que se están almacenando y, por eso, necesitamos desarrollar bases de datos que nos permitan gestionar toda esa información y poder tramitarla bien".

Aurelio Ortega señaló las ventajas que la inteligencia artificial puede aportar a la eficiencia de las técnicas de cultuvo acuícola. Subrayó que "es vital para que las empresas sean cada vez más rentables en su día a día y mejoren su sostenibilidad".

Carola González incidió en que "la acuicultura, al igual que la pesca, contribuye a la generación de sistemas alimentarios sostenibles y a la seguridad alimentaria, proporcionando alimentos muy nutritivos, con proteína de una altísima calidad y siendo fuente natural de omega 3". La representante del ministerio destacó el valor de la acuicultura en la generación de empleo en España, donde más de 11.000 puestos de trabajo directos están vinculados a sus granjas.